La decepción hace tiempo tocó mi puerta, a ella me aferré y por años me negué a salir; no quería mas heridas, de cierta forma hice de la soledad mi mejor amiga, me di baños de tristeza en muchas ocasiones, lloré hasta que mi cabeza doliera para mermar así un poco el dolor del alma y del corazón.
En mi andar me hice adicta a curar un dolor con otro, cuando no hubo uno mas fuerte que el anterior opte por otras alternativas, hice mías las penas ajenas, me calce los zapatos de alguien más para sentir lo que era el calvario, entonces ahí descubrí lo que era la agonía.
Sí, por un amor viví sufriendo, pensando que quizá mi mal remedio no tendría, pero tu amor, solo tu lograste devolverle a mi vida la paz, el amor y esa felicidad que yo creía perdida; mas tu con tus dulces palabras, con tu paciencia y con tu alegría me has devuelto todo, incluso esas ganas de volver amar.
Gracias te doy amor, por devolverle a mi vida la luz, el amor, y ese remanso de paz que todo ser necesita, prometo solemnemente, retribuir de igual forma todo lo que tu corazón me brinda.
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