Se amor, que te seguiré extrañando mientras un corazón lata dentro de mi cuerpo y mi alma aunque triste vague en este mundo. Te seguiré extrañando más allá de lo visible y de lo que la vida misma permita por que tú te anclaste en mi corazón para el resto de mis días.
Aun recuerdo aquella noche de verano, en que nuestras miradas se cruzaron por ves primera, fue solo un instante lleno de magia pero pude percibir el calor que tu cuerpo despedía y pude sentir el regocijo de tu alma al encontrarse con la mía. Dime amor ¿quién diría que esa noche marcaría nuestras vidas? Fue ahí donde comenzó nuestra historia, la que muchos imaginaron que final no tendría.
Con el paso de los días te fui adorando mas que a mi misma, olvidándome que fuera de ti y de mi había un mundo del que yo me había olvidado tan solo por pertenecerte, llegue a sentir que nada me hacia falta si te tenia a mi lado, amaba sentirme presa de tus caricias, volaba en la inmensidad del cielo cuando en tus brazos me dormía, bebía de las cristalinas aguas del manantial de tus besos, y me alimentaba de la luz que tu alma despedía, como vez no me hacia falta nada por que en ti todo lo hallaba, era en ti en quien todo, absolutamente todo tenia.
Mas una tarde tuviste que partir, abandonaste todo por seguir en tu aventura y a pesar de que prometiste que volverías el murmullo del viento que corría en tono burlón me destrozaba el alma asegurándome que mi puerto quedaría solo y que tú que habías sido capitán de mi barco jamás anclarías de nuevo tu barca cerca de mi bahía.
Ahora han pasado años, desde aquella tarde gris en la cual llena de esperanza e ilusión felizmente te despedía y es hasta ahora cuando no dejo de extrañarte que al murmullo del viento le concedo razón, ese viento que ha sido cómplice de nuestro romance, era el mismo que desde hace mucho tiempo te vino haciendo compañía, quien mejor que el para advertirme que tu ausencia seria larga puesto que tu al encontrar otro amor del mío te olvidarías.
La tristeza sigue rondando mi vida, hace acto de presencia y se burla al verme a la cara, los dias siguen grises y mi alma negra, por el luto que en el corazón se guarda.
No hay sonrisas para enmarcar el rostro, incluso el llanto también se ha secado, se me acaba la vida hundida en pensamientos , como se consume el agua en pleno desierto. La soledad se ha posado a mi lado, ya no tengo amigos, los que quedaban marcharon…
Mi fe quebrantada y mi esperanza moribunda buscan alicientes mas no encuentran nada, solo este recuento que lleva a pensar que en este mundo la vida no vale nada.